Cuando el director de cine chileno Sebastián Lelio comenzó a escribir el guión de “Una mujer fantástica” en 2014, comenzó a crear un retrato multidimensional de una mujer transgénero que trasciende las palabras vacías o los prejuicios. Finalmente logró eso y más.
Ese película recibió elogios de la crítica y ganó el Premio de la Academia 2018 a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Además, “Mujer Fantástica” desempeñará un papel en la aprobación de la histórica ley de identidad de género de Chile poco después. Pero Lelio dice que sus propios objetivos son más artísticos que políticos.
“Solo estoy tratando de hacer una película que, con suerte, sea tan compleja y hermosa como los personajes principales”, dijo en un chat de Zoom realizado la semana pasada como parte de Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos‘Ciclo de Cine.
El acto fue moderado por Jorge Sánchez Cruz, profesor asistente visitante de la Departamento de Lengua y Literatura Romances, y Adrián Rodríguez Ríos, Ph.D. estudiantes que están trabajando en asignaciones en el mismo departamento.
Lelio, quien se identifica como un hombre heterosexual blanco, dijo que no comenzó a hacer películas transgénero ni a promover la causa transgénero, pero está contento de que su película haya ayudado a cambiar la actitud de Chile.
Luego de ganar el Oscar, Lelio y su equipo fueron invitados al palacio presidencial por la entonces presidenta chilena Michelle Bachelet, quien quiso felicitarlos. Poco antes de la reunión, Bachelet había tomado medidas destinadas a acelerar la aprobación del proyecto de ley de identidad de género largamente demorado.
Según el Hollywood Reporter, Bachelet luego tuiteó: “Es un honor tener al equipo de ‘Una Mujer Fantástica’ aquí en La Moneda, la casa del pueblo. Al igual que nuestras otras grandes obras de arte, esta película ha provocado una conversación sobre el progreso social que exige Chile”.
Las leyes de identidad de género permiten que las personas transgénero mayores de 14 años cambien legalmente su nombre y género, sin necesidad de cirugía o cambio de apariencia física. No fue un paso pequeño para Chile, que es un país tradicionalmente conservador, donde el divorcio solo se legalizó en 2004.
Lelio dijo que parte del impacto de la película se debió simplemente a la casualidad. Cuando se estrenó la película, la presencia de personas transgénero en la cultura popular era más visible en todo el mundo, y la película se abrió camino en el tejido de la sociedad chilena y cambió algunas mentes y corazones.
“No hay nada más poderoso que una idea cuyo momento ha llegado”, dijo Lelio. “La película pertenece a la época en que se estrenó”.
Los críticos elogiaron la película por su descripción conmovedora y complicada de la experiencia transgénero desde el punto de vista de una mujer transgénero. La protagonista de la película es Marina, una camarera y cantante de discoteca que tiene una relación amorosa con un hombre mayor. Cuando muere, enfrenta el rechazo, la sospecha y la humillación de la familia de su amante. A Marina no se le permitió asistir al funeral y luchó por su derecho a despedirse de su amado.
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