También existe una preocupación generalizada de que estén buscando abrir la puerta a una nueva revisión constitucional del acceso al aborto, con cambios menores en la redacción del derecho a la vida.
“Esto es muy deliberado”, dijo Paula Ávila-Guillén, abogada de derechos humanos, antes de la votación. “Al cambiar el título del embrión de ‘Que’ [that] Estate calmado’ [who] esto prácticamente convierte un embrión en un tratamiento para una persona”.
Al igual que el texto original, el segundo borrador tampoco menciona a las comunidades indígenas, que representan casi el 13 por ciento de la población.
Las encuestas de opinión han mostrado durante meses que los chilenos rechazarían el proyecto de ley, aunque el margen se ha reducido en las últimas semanas.
Después de cuatro años de discusiones y desacuerdos, los observadores dicen que este último rechazo muestra que los chilenos se sienten fundamentalmente incómodos con las opiniones extremas de ambos partidos.
Algunos votantes lamentaron la polarización política del país. “Nuestras diferencias son tan irreconciliables que no podemos encontrar un término medio para seguir adelante, y eso es realmente triste”, dijo a Reuters el arquitecto Claudio Fernández, de 41 años, en la capital, Santiago.
Los políticos y el gobierno han dicho anteriormente que, al menos por ahora, no habrá un tercer intento.
El domingo, Gabriel Boric, presidente izquierdista de Chile, dijo que su gobierno continuaría trabajando en nombre del pueblo sea cual sea el resultado.
“Cualquiera que sea el resultado, nuestro gobierno seguirá centrándose en las prioridades del pueblo”, dijo Boric.
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