Decenas de manifestantes se reunieron el sábado en Santiago para promover un voto de disidencia en el próximo referéndum de Chile sobre la adopción de una nueva constitución para reemplazar la impuesta por la dictadura militar hace 41 años.
Mientras tanto en el popular barrio de Maipú, en el sector poniente de la ciudad, manifestantes en apoyo a la nueva Carta Magna, se dieron cita en un multitudinario acto con la participación de diversos artistas, músicos, humoristas y políticos.
El nuevo proyecto de ley fue redactado por la Convención Constitucional de 154 miembros elegidos democráticamente, de los cuales el 76% son de izquierda y centro.
El oficialismo apoya aprobar el texto de 388 artículos, mientras que la oposición de extrema derecha y centroderecha apoya su rechazo.
Si esta última opción tiene éxito, la Constitución dictada por los militares, que ha sufrido decenas de reformas, seguirá vigente.
El presidente Gabriel Boric dijo que si el público opta por no adoptar una nueva constitución, entonces los chilenos tendrían que iniciar otro proceso constitucional, incluida la votación de una nueva convención porque “todo tiene que ser discutido nuevamente desde cero”.
Mientras tanto, la oposición aún debe entregar una hoja de ruta de lo que harán si la propuesta es rechazada.
Sin embargo, se ha comprometido a realizar al menos una decena de reformas a la actual Constitución, que incluyen aumentar los derechos sociales y pasar del estado actual al de derechos sociales.
El proceso constituyente en curso es una salida institucional para frenar las gigantescas y persistentes protestas que siguieron al violento estallido social de octubre de 2019.
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