Los chilenos intentarán nuevamente este año acordar una nueva constitución que reemplace la redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet. Gran parte de la población ha querido durante mucho tiempo descartar la carta de la era de Pinochet, a pesar de los cambios significativos a lo largo de los años, y el tema se convirtió en un grito de guerra para las manifestaciones masivas que sacudieron el país en 2019. Pero el primer intento de hacerlo fracasó cuando los votantes rechazado rotundamente en un referéndum en septiembre pasado, muchos consideraron que un nuevo borrador estaba moviendo al país demasiado hacia la izquierda.
Mientras el comité de expertos designado por el Congreso se preparaba para comenzar a trabajar en la nueva versión el 6 de marzo, les preguntamos a los expertos del Grupo Eurasia Luciano Sigalov qué esperar del segundo intento de Chile de reescribir su constitución.
¿Cuál es el siguiente paso en este proceso?
El comité de expertos de 24 miembros tiene la tarea de producir un borrador preliminar de la nueva constitución antes del 6 de junio. El organismo está compuesto por académicos respetados, exfuncionarios y asesores de partidos políticos; hubo aproximadamente la misma cantidad de números votados por los partidos de centro-izquierda y centro-derecha. Por otra parte, las elecciones para un nuevo consejo constitucional se llevarán a cabo el 7 de mayo, mediante votación obligatoria. La junta comenzará a trabajar en el borrador final de la nueva carta el 7 de junio, utilizando la versión inicial preparada por el comité de expertos. Un comité técnico de 14 personas compuesto por expertos legales seleccionados por el Congreso supervisa todo el proceso. Está encargado de mantener los aspectos centrales del sistema democrático del país, incluida una legislatura bicameral y la independencia del banco central. El proceso está programado para producir una nueva carta el 7 de noviembre. Un plebiscito de ratificación, también con voto obligatorio, se llevará a cabo el 17 de diciembre.
¿Qué lecciones se aprendieron del último fracaso?
Bastante, como se desprende de los cambios introducidos en el proceso constitucional. Los comités de expertos y técnicos representan una nueva barrera creada para producir un documento más estricto y basado en el consenso. Partes de la nueva constitución que se presentaron a los votantes en un referéndum en septiembre pasado parecen haber sido redactadas a toda prisa, como lo subraya el compromiso de los redactores de seguir retocando con ellos si se aprueba. Además, los artículos de la nueva carta orgánica requerirán la aprobación de una mayoría de tres quintos de la asamblea constituyente en lugar de los dos tercios anteriores. Y se pondrán límites a la participación de los independientes, que por primera vez presentan propuestas radicales. Por último, esta vez se acortará el período de redacción para evitar la fatiga de los votantes con el proceso.
¿Por qué la nueva constitución es tan importante para Chile?
Reemplazar la constitución de la era de Pinochet sería un hito significativo para la democracia chilena y un gran paso adelante en la transición política provocada por las protestas de 2019. Las manifestaciones de meses en todo el país se convirtieron en la crisis social y política más aguda del país en años. Si bien la nueva carta no satisfará las demandas de larga data para mejorar las redes de seguridad social y la prestación de servicios públicos de la noche a la mañana, proporcionará un mejor marco para promover reformas progresistas.
¿Y qué significa eso para la administración del presidente Gabriel Boric?
Por un lado, el nuevo marco legal facilitará a Boric los cambios que prometió en los sistemas de salud y pensiones, lo que ampliará el papel del Estado en la prestación de estos servicios públicos esenciales. Por otro lado, será una importante victoria simbólica para Boric, quien durante mucho tiempo ha sido un partidario clave de la campaña para reemplazar el documento de la era de Pinochet. El rechazo de septiembre pasado a la reescritura propuesta fue un golpe dañino para su gobierno incipiente (Boric asumió el cargo en marzo pasado).
Entonces, ¿qué piensas? ¿Es probable que la nueva carta obtenga la aprobación?
Una constitución más moderada e impulsada por el consenso ciertamente tendría más posibilidades de aprobación. Sin embargo, la aprobación está lejos de estar garantizada y dependerá de la forma final y del sentimiento público antes de la votación del 17 de diciembre. Los chilenos han demostrado que no les gustan los cambios radicales, y el creciente descontento con la clase política puede dejar a la gente desilusionada con el proceso constitucional. Aunque Chile ha estado exigiendo durante mucho tiempo una nueva carta, parece haberse cansado de una oferta que se ha prolongado durante más de tres años.
¿Cuáles son las consecuencias de otro proceso fallido?
Un segundo intento fallido de reescribir la constitución durante su reinado sería otro golpe dañino para Boric. Es probable que la clase política deje de intentar reescribir la constitución, al menos en el futuro previsible, y este tema dejará de ser una prioridad para los votantes. Dicho esto, si el rechazo va acompañado de un intento fallido de reformar el sistema de pensiones, podría surgir una nueva ronda de protestas.
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