Al menos 24 personas muerto y más de 1.000 personas resultaron heridas después de que enormes incendios devastaran el sur de Chile, destruyendo más de 100.000 hectáreas de bosque y dañando la infraestructura urbana, dijeron las autoridades el domingo.
La magnitud del incendio obligó al gobierno a hacerlo extender las anteriores decisiones de “estado de desastre” anunciadas la semana pasada en la región de la Araucanía, que junto con Ñuble y Biobío fueron las más afectadas. Al menos 10 personas tienen atrapó por las autoridades por su presunto papel en el inicio de los incendios y puede enfrentar hasta 20 años de prisión.
Las autoridades insistieron en que “el incendio provocado será perseguido penalmente por el gobierno”. Las actividades agrícolas y forestales a menudo se asocian con este incidente.
El presidente chileno, Gabriel Boric, viajó a la zona y asistió al funeral de un bombero que murió en el incendio. Hizo un llamado a la “unidad para enfrentar la tragedia y la unidad para reconstruir”.
Hasta este fin de semana, los servicios de desastres de Chile reportaron 230 puntos críticos activos, 80 de los cuales aún están fuera de control. Los incendios fueron provocados por una ola de calor combinada con fuertes vientos.
Ministerio del Interior de Chile revela llegada de ayuda internacional, incluido La Unidad Militar de Emergencias Española (UME), que apoyó a Chile en 2017 fuego similar quemó hasta 360.000 hectáreas y mató a 11 personas.
El domingo, el presidente colombiano Gustavo Petro Anunciado envío de aeronaves y personal calificado para ayudar a los pueblos andinos. “La crisis climática está quemando a Chile”, dijo el Sr. Petro, cuyo gobierno quiere poner el cambio climático en el centro de la discusión.
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