El presidente Piñera dijo que la asamblea que redacta una nueva constitución para reemplazar la carta de la era de Pinochet comenzaría a trabajar el 4 de julio.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, dijo que la asamblea para redactar una nueva constitución celebraría su primera sesión el 4 de julio, mientras el país sudamericano avanza para reemplazar la carta conservadora de la época de la dictadura.
La reescritura de la constitución es el resultado de un amplio consenso político acordado tras las protestas sociales generalizadas que estallaron a finales de 2019 contra la desigualdad.
“Esta convención es sin duda una gran oportunidad para llegar a una nueva constitución que sea reconocida y respetada por todos los chilenos en un marco de unidad y estabilidad hacia nuestro futuro democrático”, dijo Piñera este domingo.
Durante nueve meses, el organismo de redacción de 155 miembros tuvo que equilibrar los llamados populares a un cambio social profundo con la necesidad de mantener una economía fuerte mientras se reescribía la antigua constitución, que se remonta al gobierno de Augusto Pinochet.
Su mandato puede extenderse por otros tres meses, y el organismo necesitará una mayoría de dos tercios para aprobar el proyecto que se someterá a un referéndum nacional el próximo año, momento en el cual la votación será obligatoria.
La constitución existente de Chile data de 1980, fue promulgada durante el apogeo del gobierno de Pinochet de 1973 a 1990 y limita el papel del Estado al tiempo que fortalece la empresa privada.
Muchos chilenos lo culpan por el abismo profundamente arraigado entre ricos y pobres, pero otros le dan crédito, particularmente desde la derecha, por las décadas de crecimiento económico del país.
Al seleccionar el cuerpo para redactar la nueva carta, los votantes en mayo se alejaron de los partidos políticos tradicionales y acudieron en masa a candidatos independientes sin afiliación partidista pero en su mayoría con ideas de izquierda o socialistas.
Muchos candidatos independientes (una variedad de maestros, escritores, periodistas, abogados y activistas) participaron o se inspiraron en los levantamientos de 2019 e hicieron campaña con promesas de cambio social.
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