Los votantes en Chile rechazan enérgicamente una nueva constitución que reemplazaría la redactada bajo el gobierno militar del general Augusto Pinochet.

En un referéndum, casi el 62% votó en contra del borrador progresista.

El margen de derrota es mucho mayor de lo que sugieren las encuestas de opinión.

El presidente chileno Gabriel Boric, que apoya una nueva constitución, dijo que trabajaría con el Congreso y la sociedad civil para llegar a un “nuevo proceso constitucional”.

“Debemos escuchar la voz del pueblo” que, dijo, se mostró claramente insatisfecho con las propuestas presentadas por la convención constituyente.

Dijo que seguirá trabajando para llegar a una propuesta que “nos llene de confianza y nos una a todos”.

El proceso para reemplazar las leyes de la época del gobierno militar de Chile comenzó hace tres años después de que protestas masivas sacudieran el país, que normalmente se considera un refugio de estabilidad en la región.

Casi el 80% de los chilenos votaron para reemplazar la antigua constitución en un referéndum en octubre de 2020.

Pero el nuevo documento, redactado por una convención constitucional cuyos miembros son elegidos por los votantes, resultó demasiado radical para muchos.

Declararía a Chile una nación “plurinacional”, reconociendo los derechos de los indígenas chilenos -que representan alrededor del 13% de la población- a sus tierras y recursos.

El proyecto ahora rechazado también cambiaría muchas de las instituciones de Chile, como la sustitución del Senado por la Cámara de Regiones.

También incluye demandas clave de los grupos de mujeres, como el derecho a abortar y exige por ley que las mujeres ocupen al menos el 50% de los cargos en las instituciones oficiales.

Si bien las encuestas de opinión habían pronosticado un “no”, el rechazo abrumador -61,9% en contra frente a 38,1% a favor de la nueva constitución- fue una bofetada para el presidente Boric.

El líder de 36 años llegó al poder después de protestas masivas y su joven gabinete de izquierda prometió reformar las instituciones de Chile.

Pero casi seis meses después de su presidencia y después de la aplastante derrota de la constitución que respaldó, ahora se espera que haga cambios en su gabinete para incluir a políticos más moderados y políticamente experimentados.

Los analistas argumentaron que el hecho de que el voto fuera obligatorio significaba que los votantes que tenían la más mínima duda sobre el texto votaron en contra con la esperanza de que la nueva versión resultara más de su agrado.

Mónica, una votante de la capital, Santiago, dijo a la agencia de noticias AFP: “Chile necesita un cambio, pero no necesita el comunismo, y eso es lo que está tratando de hacer este proceso. Crea desigualdad y división en Chile”.

José Burgar dijo a la AFP que pensaba que se podría lograr un texto mejor: “Les puedo asegurar que se necesita un cambio, sin duda habrá un cambio, pero luego necesitamos una buena constitución, que nos represente a todos”.

Varias personas salieron a las calles de Santiago para celebrar el rechazo a la constitución.

El presidente Boric dijo que ahora trabajará para lograr “un texto que incorpore las lecciones del proceso y gane a la mayoría de los ciudadanos”.

Sin embargo, no está claro cómo será el proceso de volver a redactar el borrador y cuánto tiempo llevará producir el nuevo texto.