“Podemos salir de este torneo sonriendo”.

Cuatro derrotas en cuatro, anotando 27 puntos y concediendo 215. Sobre el papel, puede parecer una pesadilla deportiva, pero los debutantes chilenos en la Copa Mundial de Rugby pueden salir de la competencia orgullosos de sus logros.

La derrota del sábado por 59-5 ante Argentina marcó el final de esta campaña mundialista, pero se espera que sea el comienzo de algo especial para la nación sudamericana.

“Podemos salir de este torneo sonriendo y orgullosos de lo que hemos logrado”, dijo el capitán Martín Sigren.

“Dijimos al principio que no veníamos aquí para conseguir resultados en el marcador, sino para ser competitivos”.

Chile se clasificó para su primer Mundial al vencer a Estados Unidos 52-51 en un repechaje de clasificación a doble partido en julio de 2022, convirtiéndose en el primer debutante en la competición desde Portugal en 2007, lo que ya era historia en sí mismo.

Lo más destacado en el campo llegó cuando el apertura Rodrigo Fernández anotó el try inicial en su primer partido contra Japón para darles un susto temprano a los cuartofinalistas de 2019.

También tomaron una temprana ventaja contra Samoa antes de perder 43-10, aunque Inglaterra demostró ser demasiado fuerte para ellos en una derrota por 71-0 antes de terminar su campaña contra los Pumas.

Sin embargo, el objetivo del entrenador Pablo Lemoine no son los resultados, sino poner “al rugby chileno en un lugar mejor”.

Y añadió: “Creo que hemos sacado más cosas positivas que negativas de esto.

“Hemos atraído nuevos aficionados al equipo. Hemos intentado llevar a Chile al ranking mundial y lo logramos.

“Siempre hablamos de que la gente de todo Chile se sienta parte de este proyecto y eso lo hemos logrado. Esa es la experiencia más grande que me llevo de esto”.

El entrenador Lemoine jugó para Uruguay de 1996 a 2010, ayudándolos a clasificarse para su primera Copa del Mundo en 1999.

Uruguay se ha clasificado para todas las competiciones desde entonces, algo que el técnico de 48 años cree que Chile puede mirar y emular.

“Tenemos que creer en el proceso y avanzar paso a paso: construir un programa de alto rendimiento, lograr que los jugadores jueguen siete veces e incorporarlos al programa”, dijo.

“Tenemos un plan muy ambicioso que construir a partir de aquí y creo que todavía me quedan dos ciclos más de Copa del Mundo.

“Pero es fantástico poder traer gente que no viene de la cultura del rugby”.