Investigadores de la Escuela de Ingeniería del MIT, en colaboración con colegas de la Universidad Pontificia de Chile en Santiago, recolectaron agua potable de la niebla costera que se forma en el borde de una de las regiones más secas de la Tierra.
Utilizando un sistema simple de estructuras de redes colgantes, colocadas en cimas de colinas en áreas con niebla persistente y frecuentes vientos del oeste, las comunidades chilenas locales recolectan agua de niebla para beber y con fines agrícolas.
La tecnología de recolección de niebla aún está en sus inicios. Sin embargo, los experimentos de laboratorio muestran que las variaciones en el espaciamiento de las redes, así como el tamaño y la humectabilidad de las fibras de la red, influyen en el volumen de agua que se puede recolectar cada día. A través del análisis de ingeniería y la optimización de la geometría de la malla y la química de su superficie, el equipo, formado por el profesor de ingeniería mecánica del MIT Gareth McKinley y el profesor de ingeniería química del MIT Robert Cohen, ha podido aumentar la eficiencia de recolección de niebla del diseño existente en un 500 por ciento.
Esta tecnología es muy prometedora como alternativa escalable y aplicable localmente a otras tecnologías de desalinización que consumen mucha energía. Los recolectores de niebla basados en redes son pasivos, baratos de construir, prácticamente no tienen costos operativos y pueden usarse en entornos similares en todo el mundo.
Investigadores de la Escuela de Ingeniería del MIT, en colaboración con colegas de la Universidad Pontificia de Chile en Santiago, recolectaron agua potable de la niebla costera que se forma en el borde de una de las regiones más secas de la Tierra.
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