MELBOURNE, 8 sep (Reuters) – Un grupo de aborígenes presentó una queja ante las Naciones Unidas sobre un proyecto de ley para proteger el patrimonio de Australia Occidental, más de un año después de una protesta pública por la demolición de un refugio de piedra de importancia cultural por parte de Rio Tinto ( RÍO.AX).
El grupo hizo una solicitud formal al Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial para revisar el proyecto de ley de patrimonio cultural del estado, calificándolo de inconsistente con las obligaciones internacionales de Australia.
Si bien las Naciones Unidas no tienen autoridad sobre las leyes estatales australianas, el grupo espera que la participación del comité pueda ayudar a presionar al gobierno estatal para que realice cambios.
“Si los propietarios tradicionales, primero los australianos, dicen: ‘No, no destruyan este sitio en particular’, debe defenderse”, dijo Slim Parker, un anciano de la comunidad de Martidja Banjima, quien fue uno de los que presentó la denuncia. .
“Los días en que el ministro tenía la discreción y la última palabra, diciendo: ‘Sí, hemos escuchado lo que dijiste, pero lo haremos de todos modos’, deben terminar”, dijo a Reuters.
El gobierno de Australia Occidental está reescribiendo las leyes patrimoniales que permitieron dañar importantes sitios aborígenes, como la demolición legal de la protección de rocas en Juukan Gorge por parte de Río el año pasado. Leer más
El nuevo proyecto de ley pone mayor énfasis en los acuerdos entre los grupos indígenas y los desarrolladores, pero el gobierno conserva la última palabra en las disputas por herencia.
El gobierno estatal dijo en un comunicado el miércoles que el proyecto de ley permitiría que las áreas de patrimonio cultural aborigen excepcional designadas por los aborígenes sean declaradas áreas protegidas, pero no hizo comentarios específicos sobre la queja de la ONU.
“Esta declaratoria brinda especial protección a estas áreas de actividades que tiendan a dañar ese patrimonio”, dijo.
“Según el proyecto de ley, nadie puede solicitar una autorización para realizar actividades que puedan dañar el patrimonio cultural aborigen en áreas protegidas”.
Sin embargo, el grupo dice que el proyecto de ley contiene una protección insuficiente de los derechos culturales, lo que impide que el estado destruya un importante patrimonio cultural aborigen.
“Los propietarios tradicionales no pueden decir ‘no’ a las actividades que destruirían un importante patrimonio cultural”, agregó.
Sin esa protección, sigue existiendo el riesgo de “una continuación de la discriminación sistémica y racial que caracteriza la implementación de la ley actual”, dijo.
Entre los cinco aborígenes australianos destacados que presentaron una denuncia se encontraba la especialista en derechos humanos Hannah McGlade, profesora de la Facultad de Derecho de Curtin que pertenece al grupo étnico Kurin Minang.
Información de Melanie Burton; Editado por Clarence Fernández y Richard Pullin
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