El Papa dijo que cometió un “grave error” por el presunto abuso infantil por parte de sacerdotes católicos en Chile.

En su carta a los obispos del país sudamericano, el Papa Francisco dijo que se sentía “triste y avergonzado” por los comentarios de principios de este año acusando a las víctimas de calumnias.

La carta emitida por la Iglesia en Chile afirmaba que el Papa invitaría a algunas de las víctimas a Roma.

Un obispo chileno, Juan Barros, ha sido acusado de ocultar abusos cometidos por un sacerdote.

El Papa Francisco hizo estos controvertidos comentarios durante una visita a Chile en enero.

Defendiendo al obispo Barros, dijo: “No hay ni una sola prueba contra él. Todo es calumnia”.

El obispo Barros no fue acusado de abuso, pero estuvo presente cuando otro sacerdote, Fernando Karadima, abusó de niños en Santiago, a partir de la década de 1980.

El pastor Karadima nunca fue juzgado porque había pasado demasiado tiempo, pero el juez que escuchó el testimonio de las víctimas las describió como personas “honestas y confiables”.

Los comentarios del Papa en enero provocaron respuestas airadas de algunas víctimas. Dijeron a los periodistas que la petición del Papa de que proporcionaran pruebas era “ofensiva e inaceptable”.

Al final de su viaje a América Latina, el Papa se disculpó y dijo que se daba cuenta de que sus palabras habían herido a muchas personas. Pero reiteró su creencia de que el obispo Barros era inocente.

En una carta difundida por la Iglesia chilena el miércoles, el Papa dijo que “cometió graves errores al evaluar y comprender la situación, especialmente por la falta de información honesta y equilibrada”.

Dijo que esperaba disculparse personalmente con las víctimas y las invitó a venir al Vaticano en las próximas semanas.

Después de su viaje, el Papa Francisco envió al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, a investigar las acusaciones de que la Iglesia encubrió abusos en Chile.