SANTIAGO (Reuters) – Los chilenos tienen la “obligación moral” de quedarse en casa durante las vacaciones de Semana Santa para evitar la propagación del coronavirus, dijo el jueves el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, después de que surgieran informes de residentes adinerados de Santiago entrando furtivamente al enclave costero en helicópteros. y avión privado.

Chile ha confirmado casi 6.000 casos de coronavirus, la cifra más alta en América Latina. Las zonas más afectadas en la capital Santiago, una ciudad de 6 millones de habitantes, son las zonas exclusivas al pie de la Cordillera de los Andes.

Las medidas de cuarentena en muchas comunidades normalmente bulliciosas exigen que los residentes se refugien en sus casas.

Los funcionarios de salud chilenos dijeron a principios de esta semana que planeaban cerrar la ciudad, estableciendo puntos de control en las carreteras custodiados por policías y militares, para evitar que los residentes de la ciudad huyeran a segundas residencias en áreas rurales debido al riesgo de propagación del virus.

Pero el alcalde de Santiago, Felipe Guevara, dijo el jueves a la televisión estatal que la ciudad había recibido quejas “de que la gente está utilizando helicópteros o aviones propios o alquilados para abandonar el área metropolitana hacia sus segundas residencias”.

Guevara dijo que los funcionarios de aviación harían preguntas difíciles a cualquier piloto que quisiera abandonar la ciudad.

La cercana costa del Pacífico y varios pequeños pueblos pintorescos de montaña y ciudades de esquí son destinos turísticos durante todo el año para los residentes de la capital.

“Lo que se pondrá a prueba este fin de semana es cuán responsables y solidarios podemos ser como chilenos”, dijo Blumel en una declaración televisada antes del feriado.

“Quedarse en casa no es sólo una obligación, sino una obligación moral y ética”, afirmó.