Resumen

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una fe mundial con más de 17 millones de miembros centrada en la creencia de que cada persona en la tierra es un amoroso hijo o hija de Dios.¹ y que Su Hijo, Jesucristo, salvó al mundo del pecado y de la muerte. Jesucristo invita a todos los hijos de Dios a venir, seguirlo y llegar a ser más como Él.²

Misión de la Iglesia

La misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es ayudar a todos los hijos de Dios a venir a Jesucristo.³ aprendiendo acerca de Su evangelio, haciendo y cumpliendo promesas (convenios) con Dios y practicando el amor y el servicio cristianos.⁴

Los miembros de la Iglesia creen en ayudar a las personas y a las familias a cumplir el mandamiento de amar a Dios y amar al prójimo.⁵ Los miembros logran esto viviendo el evangelio de Jesucristo,⁶ cuidando a los necesitados,⁷ invitando a todos a acoger el Evangelio,⁸ y unir a las familias mediante la historia familiar y la obra del templo.⁹

Comunidad mundial

La iglesia tiene más de 30.000 congregaciones en más de 160 países y territorios. Cada una de estas congregaciones es un grupo local de santos que sirven, enseñan, inspiran y guían unos a otros mientras buscan superar desafíos y dificultades personales, y cada una está dirigida por un líder no remunerado.¹⁰ seleccionados de congregaciones que sirven de forma limitada y voluntaria.

La Iglesia ofrece recursos y programas del evangelio en más de 110 idiomas. También opera varias universidades; programas de educación religiosa para adolescentes y adultos jóvenes con más de 400.000 estudiantes en 170 países; FamilySearch, la organización genealógica más grande del mundo; y amplios programas de ayuda humanitaria en todo el mundo. La sede mundial de la Iglesia está ubicada en Salt Lake City, Utah.

Restauración de la Iglesia de Jesucristo

Cuando Jesucristo estuvo en la tierra, fundó Su Iglesia. Después de Su muerte y la muerte de Sus Apóstoles, algunas de las preciosas verdades que Él enseñó y Su sagrada autoridad se perdieron por un tiempo.¹¹ Este período se conoce como la Gran Apostasía.

En la primavera de 1820, un joven llamado José Smith oró a Dios con gran preocupación por la salvación de su propia alma y por saber a qué iglesia debía unirse. Dios y Jesucristo se aparecieron a José¹² y comenzó a prepararlo para traer de regreso (o restaurar) las preciosas verdades y la sagrada autoridad que la Iglesia de Jesucristo había perdido mientras estaba en la tierra. Bajo la dirección del Señor, José Smith organizó la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 6 de abril de 1830.

Mediante el poder de Dios, José Smith tradujo un registro antiguo escrito por profetas que vivieron en el continente americano y enseñaron y testificaron acerca de Jesucristo.¹³ Este registro antiguo se llama Libro de Mormón y se encuentra junto a la Biblia como otra prueba de que Jesucristo es el Hijo de Dios y Salvador de la humanidad.