La infraestructura digital innovadora es cada vez más importante en las redes eléctricas, tanto de distribución como de transmisión, con un crecimiento de la inversión de alrededor del 7 % en 2022 en comparación con 2021.
El sector distribución representa aproximadamente el 75% de todas las inversiones en infraestructura digital relacionada con la red, a través del despliegue de medidores inteligentes y la automatización de subestaciones, alimentadores, líneas y transformadores a través del despliegue de sensores y dispositivos de monitoreo.
Las inversiones en digitalización en la distribución también incluyen herramientas digitales especializadas, como los Sistemas de Gestión de Energía Distribuida (DERMS). Puede explotar el potencial de volúmenes crecientes de recursos flexibles, como plantas de energía renovable a pequeña escala, puntos de carga de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía de baterías para resolver problemas de red local para necesidades de red a corto plazo, como regulación de voltaje y gestión de congestión. Además, esta herramienta puede ayudar a los operadores de sistemas de distribución (DSO) a optimizar su inversión a largo plazo, considerando la flexibilidad potencial de los Recursos Energéticos Distribuidos (DER) como una alternativa al fortalecimiento de la red, incluso en las actividades de planificación de la red.
Se han realizado importantes inversiones y avances en la infraestructura pública del vehículo eléctrico, que continúa creciendo significativamente en 2022, aumentando en más del 75% en el año. Las redes inteligentes pueden integrar efectivamente la carga de vehículos eléctricos en la red al proporcionar la visibilidad y el control necesarios para reducir la congestión de la red.
En el sector de transmisión, la inversión digital se dedica a la digitalización de equipos como transformadores de potencia, automatización de subestaciones y el desarrollo de sistemas flexibles de transmisión de corriente alterna (FACTS) y sensores avanzados como unidades de medición de fasores, lo que permite una operación y un funcionamiento más rápidos y flexibles. mejora del control, seguimiento y optimización de la red eléctrica.
Otro aspecto que se está volviendo cada vez más importante es la resiliencia ante desastres de la red. Cada vez se utilizan más tecnologías digitales nuevas, como unidades de prevención de chispas que ayudan a prevenir incendios forestales (como los incendios forestales en Australia) o tecnologías que combinan información geográfica y análisis de imágenes satelitales para predecir daños potenciales a los activos de la red, por ejemplo, daños de la caída de árboles o ramas en las cercanías de las líneas de distribución de energía.
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