Un estudio investiga el impacto oculto de los edulcorantes bajos en calorías en la salud intestinal

Un estudio reciente publicado en la revista Nutrición revisó la evidencia disponible sobre los efectos de los edulcorantes bajos y no calóricos (LNCS) en la microbiota intestinal.

Las tasas más altas de obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares se han convertido en importantes problemas de salud pública. Se ha identificado como causa de este trastorno el aumento de la ingesta de azúcar, lo que ha llevado a la introducción de edulcorantes no nutricionales (ENN). Los edulcorantes alternativos contienen pocas calorías o ninguna, y su uso ha aumentado significativamente con el tiempo. Se ha informado que el 40% de los adultos en los Estados Unidos (EE.UU.) consumieron edulcorantes alternativos entre 2009 y 2012, un 54% más que las estimaciones de 1999 y 2000.

Estudiar: Efecto de los edulcorantes bajos y no calóricos sobre la microbiota intestinal: una revisión de ensayos clínicos y estudios transversales

Aún se debate si los edulcorantes no tienen efectos nocivos. Varios estudios informan asociaciones entre la ingesta de edulcorantes alternativos y cambios en parámetros fisiológicos, como la resistencia a la insulina (RI) y la tolerancia a la glucosa, con la microbiota intestinal involucrada en la mediación de estos efectos. Además, los estudios han demostrado una asociación entre una baja riqueza microbiana intestinal y un aumento de la IR, la dislipidemia, la adiposidad y la inflamación. La dieta puede modular la microbiota intestinal, influyendo así en los factores fisiológicos asociados con las enfermedades metabólicas.

Estudios y hallazgos

En este estudio, los investigadores analizaron la evidencia actual sobre los efectos de LNCS en la microbiota intestinal. Se realizaron búsquedas en las bases de datos PubMed y Ovid en busca de estudios transversales y ensayos clínicos. Sólo se seleccionaron estudios que incluyeran poblaciones sanas. Se excluyeron los estudios que evaluaban la microbiota oral. La búsqueda inicial arrojó 465 registros; Después del filtrado y exclusión de duplicados, se revisaron los textos completos de 14 artículos. En total, se incluyeron para el análisis 11 estudios (cuatro estudios transversales y ocho ensayos clínicos).

Un estudio consistió en protocolos de ensayos clínicos y transversales. Seis ensayos fueron ensayos controlados aleatorios; uno es un ensayo no aleatorio no controlado y el otro es un ensayo aleatorio no controlado. El estudio se realizó entre 2006 y 2022 en EE. UU., Reino Unido (UK), Europa, Israel, Canadá y Chile. Dos ensayos evaluaron los efectos de la sacarina sobre la microbiota intestinal; uno investigó la sucralosa, tres examinaron los polioles y dos estudiaron varios NNS.

Dos estudios transversales evaluaron la asociación entre el consumo de bebidas endulzadas artificialmente (BAS) y la composición de la microbiota; un estudio se centró en el consumo de aspartamo y acesulfamo-K, mientras que el otro evaluó el consumo mundial de edulcorantes artificiales. Un ensayo no encontró ningún efecto al agregar 800 mg de sacarina a 46 personas durante dos semanas. Por el contrario, otros ensayos observaron que la microbiota se ensamblaba de manera diferente en individuos con respuestas glucémicas más pobres en comparación con respuestas glucémicas normales.

Otro ensayo no encontró cambios en la microbiota intestinal después de la suplementación con sucralosa. Mientras tanto, dos semanas de suplementación con sucralosa cambiaron la microbiota intestinal en un estudio diferente y mejoraron dorea longicatena Y Eubacterias. De manera similar, un ensayo con aspartamo no encontró cambios en la microbiota intestinal después de una intervención de dos semanas. Los estudios que investigan los polioles (isomalto, lactitol y maltitol) revelan sus efectos beneficiosos sobre la microbiota intestinal.

En particular, el consumo de estos polioles aumentó significativamente la población de bifidobacterias. Un estudio transversal identificó diferencias en la diversidad microbiana entre los consumidores de acesulfamo-K o aspartamo y los no consumidores. Además, se informaron correlaciones positivas entre los edulcorantes artificiales y diversas entidades taxonómicas, como Actinomycetota, Enterobacteriaceae y Deltaproteobacteria.

Un estudio sueco examinó el consumo de ASB o bebidas endulzadas naturalmente entre 1.085 adultos sanos y no encontró asociación entre el consumo de ASB y los cambios en la microbiota. Además, un estudio canadiense que analizó el consumo de ASB entre los bebés y sus madres encontró que la ingesta materna de ASB se asociaba con una ingesta reducida de ASB. especies bacteridas en bebes. En un estudio, la suplementación con sucralosa y sacarina afectó la respuesta glucémica de los participantes.

Los ratones libres de gérmenes que recibieron microbiomas de participantes con intolerancia a la glucosa (respondedores) experimentaron una mayor respuesta glucémica en comparación con los ratones que recibieron microbiomas de no respondedores. Varios experimentos sugieren que la respuesta glucémica a las NNS está impulsada en parte por diferencias interindividuales tempranas en la microbiota intestinal. Específicamente, los individuos con mayor insulinemia postintervención tenían una composición de microbiota inicial diferente, independientemente del consumo de placebo o sucralosa.

Conclusión

En resumen, dos ensayos clínicos demostraron que las NNS alteraban la microbiota intestinal y revelaron un efecto causal entre la ingesta de sucralosa o sacarina y la intolerancia a la glucosa en ratones. Los experimentos con polioles muestran efectos beneficiosos sobre la microbiota. Varios estudios transversales han observado una asociación entre el consumo de edulcorantes alternativos y cambios adversos en la microbiota intestinal.

Además, la composición inicial de la microbiota puede modular las respuestas glucémicas y microbianas a la LNCS. La heterogeneidad de los hallazgos entre los estudios puede deberse a tamaños de muestra pequeños, diferencias metodológicas, períodos de intervención cortos o variables y respuesta individual a la LNCS. En general, se necesitan estudios en grupos más grandes con dosis de edulcorante más realistas y de mayor duración para corroborar estos hallazgos.

Rebeca Carbajal

"Geek del tocino. Orgulloso nerd de Twitter. Alborotador. Erudito independiente de alimentos. Devoto adicto a la web".

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *