Hace cincuenta años, el 11 de septiembre de 1973, un violento golpe acabó con una de las democracias más antiguas de América Latina: el liderazgo del presidente socialista elegido popularmente de Chile, Salvador Allende. El derrocamiento inició una dictadura de casi dos décadas dirigida por el general Augusto Pinochet que mató a más de 2.300 personas, torturó a más de 30.000 y envió a decenas de miles al exilio.
El profesor de Política y Relaciones Internacionales Peter Siavelis, experto en política electoral, legislativa y presidencial en Chile, responde preguntas sobre la complejidad del papel de Estados Unidos en el golpe y por qué la democracia no debe darse por sentada.
Siavelis coescribió recientemente El caos constitucional de Chile en la Revista de Democracia y El momento constitucional de Chile en Historia Reciente. Su libro,”El colapso de la democracia, 50 años después”, coescrito con Pamela Figueroa, se publicó a principios de este mes.
Después de 50 años, ¿por qué sigue siendo difícil evaluar el papel de Estados Unidos en el golpe?
Aunque la intervención estadounidense en Chile está documentada y reconocida, las interpretaciones varían. Para los izquierdistas, el golpe derrocó ilegalmente a un gobierno democrático elegido libremente y fue derrocado porque amenazaba los intereses empresariales estadounidenses. Para la derecha, el golpe frustró el experimento comunista de Allende. A pesar de los incansables esfuerzos, muchos documentos potencialmente importantes para comprender el papel de Estados Unidos en Chile durante las décadas de 1960 y 1970 siguen clasificados.
Los funcionarios chilenos solicitaron formalmente a la administración Biden que los documentos se divulgaran más ampliamente para ayudar al pueblo chileno a cerrar un capítulo doloroso de su historia. En respuesta, la CIA y el Departamento de Estado de Estados Unidos publicaron hace dos semanas una serie de documentos que arrojan nueva luz, aunque menos dramática, sobre el alcance de la participación de Estados Unidos en el golpe.
Documentos previamente desclasificados muestran que Estados Unidos ayudó a organizar el golpe apoyando a la oposición del presidente Allende, pero aún no está claro si la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos jugó un papel directo en el derrocamiento.
¿Dónde está Chile ahora?
Hoy en día, Chile figura regularmente entre los dos países más democráticos y limpios de América Latina junto con Uruguay. Chile es también la economía más exitosa de América Latina y los gobiernos posteriores a la transición han logrado avances notables en el alivio de la pobreza extrema, la diversificación de los mercados de exportación y la provisión de un amplio acceso a la educación superior.
¿Por qué es importante lo ocurrido en Chile para entender la política actual?
En octubre de 2019, un grupo de estudiantes de secundaria en Chile saltó los torniquetes del metro para protestar por un aumento de tarifas. Sus acciones provocaron manifestaciones violentas y generalizadas que inspiraron a los políticos progresistas a buscar reemplazar la constitución del país de la era Pinochet. Sin embargo, el fracaso del proceso constitucional y la estrecha victoria del admirador de derecha de Pinochet, José Antonio Kast, en las elecciones presidenciales de 2021 muestran que Chile no es inmune al populismo de derecha que es cada vez más común en el mundo.
La democracia no es invencible. Más importante aún, el aniversario del golpe militar en Chile nos da tiempo para reflexionar sobre la fragilidad de las democracias en todo el mundo y la necesidad de defender incansablemente la democracia contra amenazas reales tanto dentro como fuera del país.
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